Archivo activo en la red de documentos, fotos, publicaciones, videos, grabaciones, escritos y comunicaciones relacionadas al caso del BANCO LATINO.
Luego de una feroz corrida de depósitos, el 12 de enero de 1.994
El Banco Central de Venezuela y el Ministerio de Hacienda decidieron negar un auxilio financiero y cerrarle las puertas al Banco Latino , uno de los mas grandes del país.
Para la época, esta institución manejaba mas del 20% del dinero circulante del país. Lo mantuvieron cerrado por 83 días. A las principales embajadas acreditadas en Venezuela, Petróleos de Venezuela, sus filiales y contratistas, gobernaciones y sus contratistas, ministerios y sus contratistas, Iglesias, las fuerzas policiales, las fuerzas armadas, decenas de miles de empresas en todo el país y a mas de un millón de clientes, que se preparaban cobrar su primer salario del año, se les dio una sola explicación: «su dinero se lo llevaron unos ladrones: los directivos del Banco Latino.»
¿Impunidad o verdadera justicia?.
Se anunció al país que el resto del sistema estaba sano y solvente, que el Banco Latino era un caso aislado y estaba controlado por una «mafia bancaria» que debía ser castigada ejemplarmente. Fueron casi 90 días sin respuesta concreta a los depositantes y dos Juntas Interventoras cuya prioridad era repetir y sustanciar estas acusaciones.
Bajo el Gobierno de Rafael Caldera, se emitieron 83 autos de detención y penas corporales de hasta 15 años de prisión para ser purgadas, entre otros lugares, en el «Retén de Catia» y se pagaron mas de 25 millones de dólares de fondo públicos en generosos honorarios de abogados. Luego de 7 años de persecución internacional, el veredicto de todos los tribunales a que fueron sometidos los alegatos gubernamentales, absolvió a sus directivos, encabezados por Gustavo Gómez López. Los abogados de New York que condujeron el caso y el ente gubernamental responsable, se vieron forzados a aceptar responsabilidades por el delito procesal de PERSECUCIÓN MALICIOSA en las cortes de los Estados Unidos.