CARNE Y HUESO

BEN AMI FIHMAN

Una de las 24 semblanzas contenidas en este libro, constituye uno de los documentos mas difamatorios publicados a raíz de la injustificada caída del Grupo Latino en 1.994. Ni una sola de sus afirmaciones, soportó el escrutinio de las pruebas y las defensas. Las infamias e insultos sin medida alguna, inclusive al padre y a la madre de Gustavo Gómez López, quedaron consagrados en este libro. (Ver Sección Campañas en contra de los administradores privados el texto completo)

CARTA A BEN AMI FIHMAN CON OCASIÓN DEL 15º ANIVERSARIO DE LA REVISTA EXCESO EN LA CUAL SE PUBLICÓ EL REPORTAJE REPRODUCIDO EN ESTE LIBRO.

Londres, 31 de Diciembre de 2003

VIA FAX

Sr.Ben Amí Fihman

Revista EXCESO.

Director.-

Comienzo por felicitarle por el 15º aniversario de la revista. Espero que la salud, el entusiasmo editorial y la paciencia del público, le duren muchísimos años mas.

Me refiero en esta oportunidad al reportaje titulado “¡y el Latino hizo crack!” publicado en la página 52 de la edición de EXCESO Nº 170 de diciembre-enero 2004.

También en el 2004, cumplo 10 años de estar protestando ante ustedes, por el incorrecto tratamiento que sistemáticamente nos dan al caso Banco Latino y a mi persona.

Su reportaje no refleja, o ignora deliberadamente, importantes verdades reveladas por el paso del tiempo y el trabajo de quienes sin fundamento, fuimos señalados como los únicos causantes de una compleja y absurda actuación gubernamental, en perjuicio del sistema financiero, del Banco Latino, sus clientes, personal, directivos y accionistas.

Aunque sin la esperanza de que ni usted, ni la revista manifiesten ningún grado de objetividad hacia el caso del Banco Latino y mucho menos con relación a mi persona; por disciplina, seguiré protestando.

Precisamente, por el ejercicio de esa disciplinada argumentación ante las instancias judiciales donde fui infundadamente acusado de las mismas calumnias publicadas por EXCESO en su edición Nº 62 de Marzo de 1.994, a la fecha de hoy, reposan en los archivos judiciales de Venezuela, Curazao, Holanda y Estados Unidos, sentencias totalmente absolutorias por responsabilidades derivadas de presuntas conductas reñidas con la ética profesional o las leyes en particular.

Aun mas, constan en las jurisdicciones internacionales, sentencias condenatorias contra la Junta Interventora presidida por Gustavo Roosen, sus sucesores y los abogados dolosamente enriquecidos en la orgía de honorarios que resultó de esta persecución, por abuso del sistema judicial con fines persecutorios y de mala fe.

Estas sentencias proferidas por sistemas judiciales insospechables y también por el sistema judicial venezolano, que no puede ser calificado como “corrupto” solo por aquellas decisiones que no nos agraden, no son el resultado de un “sensacional acto de desaparición que dejó a David Copperfield como un principiante”.

Quienes demostraron ser unos malintencionados principiantes fueron mis acusadores, a quienes vencí en todas las jurisdicciones del mundo donde tuve actuación profesional, incluyendo a EXCESO, que se hizo eco de las infundadas maniobras urdidas “desde las altas esferas del poder” como señala su reportaje y que me negó con un estilo totalitario que tanto critica, el derecho a réplica, contenido en la carta que escribí a Francesca Cordido en marzo de 1.994.

Cuando acusa a un hombre de asumir conductas delictivas o de rehuir el combate judicial, considero que falta usted a su deber profesional y ético, al no informarse de las verdaderas conductas y motivaciones asumidas por esa persona. Es deber del que informa, informarse primero. Por otra parte, mírese su propio ombligo – si puede – y revise su conducta, cuando ante una acción judicial que le acusó de presunta difamación, se le dictó un auto de detención que debía cumplir en una cárcel venezolana. Usted se escondió para que otros lo defendieran, basados en la solidaridad gremial. Es que las cárceles venezolanas no son el lugar indicado para defenderse de una presunta injusticia o calumnia, fue su argumento. Y si no lo son para usted y sus empleados, tampoco lo son para mí o las personas que trabajaron en el Banco Latino.

Por último, quiero expresarle mi sorpresa por el cómplice silencio asumido por EXCESO en lo relativo a la grave falta ética y profesional, que llevó la institución Banco Latino a la quiebra, después de haber recibido en dinero efectivo mas del 100% de las presuntas pérdidas que allí existían, mas otro tanto por las recuperaciones de activos y cartera, existentes en el grupo, antes de su intervención. Después que la Junta Interventora recibió TODO el dinero que pidieron para “rehabilitar el banco”, basados en su autoridad moral y profesional, éste fue liquidado con un informe de la Superintendencia de Bancos que reportó un enorme desorden administrativo, pérdidas injustificadas, publicación de balances inexactos, violaciones a la normativa penal bancaria, y la desaparición, no por magia, sino por mala gerencia, de todos esos fondos públicos.

A pesar de haber recibido el dinero completo, no le pagaron completo a algunos depositantes y los más jugosos negocios del Latino, terminaron en los bancos de los propios interventores.

Las investigaciones judiciales correspondientes, nunca se activaron, “desaparecieron” de la fiscalía o están en una gaveta convenientemente olvidada para que prescriban.

Por contraste, los bolsillos de los abogados y amigos de la Junta Interventora del Latino y de FOGADE, se llenaron groseramente de dólares y bolívares a granel. Se contrataron las más costosas y conocidas firmas de auditoria del mundo y los despachos de abogados más costosos de Estados Unidos, Europa y Venezuela, en un desesperado esfuerzo por fabricar un fraude que no existió. Fracasaron estos honorables banqueros, o estos “banqueros buenos”, en la gestión bancaria y también en la litis judicial.

Sin embargo, ningún funcionario público o banquero, relacionado con la mala administración y quiebra del Banco Latino, después de su equivocada intervención y cierre, fue juzgado. En consecuencia, no existen procesos ni evaluación de pruebas, ni sentencias que acrediten la legitimidad de sus actos y sus funestas consecuencias durante la crisis bancaria. Todos obtuvieron la protección de esas mismas “altas esferas del poder”, donde además se mantienen.

Yo no, yo tuve que defenderme hasta las sentencias definitivas en todos los foros donde me atacaron e injuriaron.

A la fecha de hoy, esas cortes internacionales –incontrolables por el gobierno, la publicidad o el dinero- han sentenciado varias veces, que los autores de ese disparate calumnioso, que hicieron desparecer el dinero de la rehabilitación y despilfarraron 20 millones de dólares, solamente en el juicio de Miami, deben pagarme los costos de mi defensa, pues quedó inequívocamente probada, la ausencia de base fáctica y legal de las demandas intentadas y tan publicitadas.

Ese dinero, no sale de los bolsillos de los autores de aquellos delitos que usted y EXCESO exoneran sin juicio. Salen en buena parte, de los bolsillos suyos.

Una vez mas, en desacuerdo con el reportaje comentado, creo que, ¡en el mundo, si hay justicia !.

Cordiales saludos.

Gustavo Gómez López

C.I 4.083.458